En ésta entrada quiero destacar la importancia , no tanto del diagnóstico y del tratamiento farmacológico, sino como de comprender el origen del dolor en un síndrome en el que no hay evidencias físicas de daño, y sobre todo la forma en la que debemos abordar el tratamiento en estos pacientes.

En la mayoría de las ocasiones nos encontramos con un paciente ya diagnosticado por el reumatólogo, que no mejora, desesperado, dolorido, impotente, rabioso, casi rendido y, sobre todo, humillado y desconfiado de la medicina y de los médicos.  Y a nosotros encima no nos gusta, porque no conseguimos que mejore y nos cuestiona nuestra profesionalidad. Es un paciente difícil, nos va a llevar mucho tiempo y esfuerzo. Lo podemos ver como un “horror”, o darle la vuelta y plantearlo como un reto. Los médicos de atención primaria somos especialistas en personas, y esta ventaja la tenemos que aprovechar.

Aquí pongo el esquema obligado del diagnóstico:

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Y el tratamiento farmacológico:

Realmente no existe un tratamiento farmacológico curativo. Los pacientes con fibromialgia tienen un cerebro hipervigilante al que estímulos de baja intensidad junto con creencias erróneas, emociones y pensamientos envían señales de alarma.

El camino para lograr una desensibilización, pasa por la información al paciente y lograr un cambio de expectativa y de conducta, invirtiendo así el sentido del pensamiento.

A continuación expongo una presentación extraida de un taller impartido por Iñaki Aguirrezabal Basterrica y María Jesús Barrenengoa Cuadra, quienes desarrollaron un proyecto de formación en fibromialgia y otro síndromes de sensibilización central en atención primaria en Osakidetza, dirigido a pacientes y a profesionales, y al cual tuve la suerte y el lujo de asistir. Gracias por vuestro trabajo.

Fibromialgia

http://www.namfyc.es/cursos/material/2015/presentacion.pdf

Susana