Acude un paciente muy afectado, con un dolor facial lancinante , de inicio brusco de breve duración (1 segundo a 2 minutos), intenso, generalmente unilateral, recurrente .
Cuando le exploramos, es habitual la presencia de zonas gatillo ante estímulos táctiles o térmicos (zona cutánea, gingival, labial) o al masticar, hablar, comer, sonreír o bostezar. Algunos pacientes pueden tener algún síntoma autonómico como lagrimeo, rinorrea, sudoración, congestión nasal y conjuntival o edema palpebral.
En primer lugar repasamos la anatomía del trigémino y de las tres zonas que inerva para localizar la lesión.
Y ahora, hay que por lo menos aliviar sus síntomas:
Susana